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El pasado lunes 4 de abril tuvo lugar la inauguración del Centro de Innovación y Desarrollo para la Acción Comunitaria (CIDAC), construido por vecinos de la villa 21-24 en el barrio de Barracas. El CIDAC es un centro de extensión de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA), donde profesores y estudiantes de diferentes carreras articulan programas sociales con la comunidad del barrio, en la perspectiva de movilizar al espacio académico y comunitario en la intervención activa y participativa de las problemáticas sociales y la construcción de saberes. Aunque el Centro funciona desde el 2008, la sede edilicia recientemente inaugurada -en terrenos cedidos por el ONABE- comenzó a construirse en junio de 2009 a través de una cooperativa gestionada por el Ministerio de Trabajo de la Nación. El acto contó con la participación e intervención del Ministro de Trabajo de la Nación, Carlos Tomada, el Vicerrector de la UBA, Alberto Barbieri; el Decano de la facultad de Filosofía y Letras, Hugo Trinchero y el Director Ejecutivo del Organismo Nacional Administrador de Bienes (ONABE), Fernando Suárez.
INICIATIVA estuvo presente en el evento al que concurrieron representantes del conjunto de actores de la vida universitaria, autoridades y funcionarios estatales y numerosas organizaciones sociales de la Ciudad de Buenos Aires. A continuación reproducimos las intervenciones del acto de inauguración, respetando el orden de las declaraciones:
Hugo Trinchero, Decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires:
Buenas tardes a todos, estoy realmente muy emocionado. Esto es parte de un sueño que comenzamos a vivir a partir de que llegamos a la gestión con el voto mayoritario de la comunidad de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Entre otras tantas cosas, entre tantos sueños, tenemos pensado desarrollar esta actividad, este Centro de Innovación para el Desarrollo de la Acción Comunitaria (CIDAC). Mientras nosotros recuperábamos la facultad para instalar un proyecto en sintonía con el movimiento de la sociedad argentina que está produciendo un cambio muy importante en nuestro país y nos sentíamos recuperando las fuerzas y la historia de nuestra facultad en sintonía con este proyecto, al mismo tiempo sentíamos que perdíamos la ciudad de Buenos Aires. Perdíamos esta idea de una ciudad inclusiva, donde las políticas sociales lleguen a la gente, donde la diferencia entre el Sur y el Norte de nuestra ciudad se achique cada vez más. Sin embargo, recorrimos y hemos venido recorriendo caminos totalmente distintos, los contrarios. Por eso, entendiendo esa situación, entendiendo ese contexto, es que nos animamos mucho más a avanzar en este proyecto. Un proyecto que, por otra parte, implicaba un gran desafío porque los compañeros y compañeras venían teniendo algunas dificultades en cuanto a qué hacer con este espacio, luego de lo que fue la masacre de nuestros ferrocarriles. Este territorio que quedó en una frontera, en un lugar, en un vacío, y nosotros dijimos ¿a ver si podemos tomar esto y construir aquí mismo un proyecto integrador? Y al mismo tiempo, dijimos, “cómo lo hacemos, somos una Facultad, tal vez no está en nuestro presupuesto” Pero sí estaba y está en nuestras ideologías. Si nosotros recordamos los años ’70, los que venimos de esa militancia, el proyecto de investigación del CEPIA [Centro Piloto de Investigación Aplicada], que dirigía Enrique Grinberg, compañero asesinado. Ese CEPIA fue un norte importantísimo para la universidad, para repensar la universidad pública, y esa universidad que se debe fundamentalmente al pueblo que la sostiene, y precisamente es el pueblo que la sostiene, su clase trabajadora, los que menos acceso tienen a ella.
Por eso, esa fuerza que nos da el sabernos en un lugar privilegiado, que es estar en la universidad pública, una universidad que costó mucho a los argentinos sostener, sabernos que estamos allí y que eso nos implica una gran obligación. Pero es una obligación no solamente porque nos sentimos en ese compromiso por una cuestión militante, sino también porque tenemos que reinventar las formas de conocer. ¿Cuánto hay de la universidad que no se conoce? Esto se da por esta falta de inserción y de articulación con las demandas realmente sentidas por los sectores populares. ¿Cuánto de científico y tecnológico nos falta por crear en la mano y en la escucha de esas necesidades que deben ser procesadas y trabajadas conjuntamente? Con el CIDAC lo que nosotros queremos hacer, que no es ninguna novedad, lo están haciendo otras universidades también; simplemente que en nuestra UBA cuestan un poco más las cosas porque es una universidad muy grande y por su propia trayectoria. Precisamente en esa línea y esa orientación para nosotros es fundamental la integración organizativa de todas las organizaciones sociales del Sur de la ciudad en el proyecto del CIDAC. Eso es fundamental porque no es que nosotros venimos a traer algún conocimiento aquí al Sur, venimos a aprender. Venimos a compartir, venimos a producir aquello que haga lo mejor para la ciudadanía del Sur de la ciudad. Ese es el espíritu, ese es el objetivo del CIDAC. No es, como lo saben los compañeros que trabajan allí hace dos años, como lo saben aquellos con los cuales hicimos esta cooperativa enorme de trabajo, que querramos establecer aquí un enclave en el Sur de la ciudad de la Universidad de Buenos Aires. Lo que queremos es crear un espacio nuevo, compartido, que tenga un proyecto propio. Compartir un camino que todavía no está prefigurado, simplemente hay una voluntad del hacer, una necesidad compartida, porque la necesidad de construir esto no fue algo alimentado solo por nosotros. Así que me siento realmente muy conmovido, siento orgulloso de ser parte de este equipo maravilloso de gente, y de compañeros que han podido y que han dicho que sí a este proyecto, que han apostado a venir a trabajar aquí sin recursos, porque si algo esta claro es que nuestra facultad no tiene recursos y eso lo sabe toda la sociedad, las organizaciones sociales, los compañeros de la Villa 21 saben perfectamente quienes somos, saben perfectamente que lo que vamos a hacer es trabajar conjuntamente para conseguir lo mejor para los barrios. Quiero expresar nuevamente mi emoción, ante los compañeros de distintas organizaciones sociales, funcionarios, porque este es otro click que queremos hacer. En los noventa, y en estas dos décadas que vienen después de la dictadura, pareciera que le hubiéramos perdido la confianza al Estado. Le habíamos perdido confianza también al sistema político y todo nuestro trabajo del hacer y el conocer pasaba por las organizaciones sociales. Pasaba por ese trabajo de base constante y cotidiana. Esta recuperación que estamos intentando, pretende designar una nueva sinergia entre universidad, organizaciones sociales y el Estado. Porque es necesario juntar fuerzas para resolver los grandes problemas que tiene nuestro país. Simplemente por eso. Nuevamente, les agradezco mucho que estén aquí y cedo la palabra al Vicerrector de la Universidad de Buenos Aires y Decano de Ciencias Económicas y todos a trabajar por una mejor ciudad de Buenos Aires, para todos.
Alberto Barbieri, Vicerrector de la Universidad de Buenos Aires:
Buenas tardes a todos, para mí es una doble satisfacción estar aquí presente. Primero como docente universitario porque docente se es siempre, Vicerrector se es circunstancialmente, o Decano se es circunstancialmente. Y realmente sentirse partícipe en la Universidad de Buenos Aires de un emprendimiento como éste, hace que uno se sienta orgulloso de la universidad a la que pertenece. Como Vicerrector de la Universidad de Buenos Aires, mucho más contento de ver que desde el 2007 en esta nuestra universidad, un equipo de docentes, de graduados, de estudiantes, de no docentes, de diferentes ideologías políticas podemos construir entre todos de nuevo esta universidad al servicio de la causa nacional, al servicio de la causa popular. Y es por eso que, este emprendimiento que hoy estamos inaugurando con nuestra querida Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, con todo lo que esto significa, es algo para nosotros maravilloso, porque se inscribe en un concepto que venimos realizando desde el Rectorado de la Universidad, donde ya en la zona Sur de la ciudad de Buenos Aires hemos inaugurado cuatro centros comunitarios como éste, interdisciplinarios, de distintas facultades. Porque nosotros estamos totalmente convencidos que este programa se inscribe también dentro de los principios básicos, como decía el compañero Hugo Trinchero, relacionados con este triángulo virtuoso que es el Estado, hoy representado también no solo por el Ministro de Trabajo, el compañero Tomada, sino también por el director de ONABE, compañero Suárez, egresado de esta facultad. Lo importante es que los que estamos acá somos todos de la UBA, y esto es lo que significa la UBA, independientemente del lugar circunstancial en lo político que le toque a cada uno ocupar. Nosotros también vemos que este proyecto se inscribe dentro del programa de barrios vulnerables que tenemos dentro de la Secretaría de Gestión Universitaria, que hace poco ha merecido un premio internacional, entre varias universidades en todo el mundo, y que esto posibilita también que los investigadores, los docentes, los graduados, los estudiantes, que van a trabajar y militar dentro de este programa, tengan acceso al programa UBANEX. Realmente esto es un tejido que estamos realizando en la universidad; nosotros festejamos y tienen todo nuestro apoyo. Quiero enviarles a todos el fuerte abrazo y saludo del profesor Ruben Hallú, nuestro Rector. Estoy expresando este apoyo en nombre de él y en nombre de toda la universidad. Quiero por último felicitar a los que son los artífices en esta cuestión. A los docentes, los graduados, los estudiantes, las organizaciones barriales, que hacen que esta articulación entre el conocimiento que se crea dentro de la universidad, el conocimiento que podemos transferir y lo que nosotros recibimos cotidianamente de este tejido social hace que esta universidad exista. Nosotros no tendríamos sentido si nos mantuviéramos dentro de una cúpula de cristal y no saliéramos a la sociedad a constatar diariamente lo que pasa con nuestros saberes en la sociedad. Y esto es el sentido que nosotros tenemos de la universidad. Es el sentido mismo de la universidad. Por eso, muchas felicitaciones, les agradezco de todo corazón por el trabajo que hacen con los medios que tienen a su alcance, van a tener apoyo de todos nosotros, los felicito y convoco a seguir por esta senda, muchas gracias.
Fernando Miguel Suárez, Director Ejecutivo del Organismo Nacional de Administración de Bienes del Estado (ONABE):
Buenas tardes a todos, señor Ministro, señores Decanos, compañeros míos de esta Facultad, como dijo bien el Vicerrector, yo soy un graduado de esta facultad. Tengo el título de profesor de Historia Buenas tardes a todos, señor Ministro, señores Decanos, compañeros míos de la Facultad, como dijo bien el Vicerrector, yo soy un graduado de esta facultad. Tengo el título de profesor de Historia. Y también he sido docente de esta facultad; pienso que voy a volver allí alguna vez. Cuando Trinchero y el equipo vinieron acá, a un conjunto de personas le daba miedo estar por aquí. Les daba miedo porque el trabajo con la comunidad tiene también sus riesgos y sus problemas de orden. La gente de nuestra facultad ha sufrido demasiado tiempo demasiadas circunstancias complejas, como para que pudiera tener miedo de llevar adelante un emprendimiento como éste.
Eso fue lo que dijimos el primer día y hay algo que ha quedado demostrado: la gente a la que se le tenía miedo hoy es en gran parte la que ha construido el edificio. Y esto es lo que pasa cuando las políticas que llevamos adelante son las correctas. Quiero destacar además que entre los constructores el 50% eran mujeres. Tenemos dos hectáreas para que pueda seguir adelante la facultad con este proyecto que detallaron claramente el Decano y el Vicerrector. Este es un trabajo comunitario extraordinario: parece pequeño, simple, pero es extraordinario por la complejidad y por las relaciones con la comunidad, que han sido claves. Recuerden que aquí tuvimos un conflicto de ocupación del cual no solo salimos indemnes nosotros y los que estaban, sino que hemos resuelto con los compañeros de Derechos Humanos problemas de vivienda de la gente que había intentado una ocupación aquí y que hoy ya está encaminada o ha visto solucionada su situación habitacional. Esto lo quería remarcar como un viejo graduado y como un profesor veterano de la casa. Estamos muy contentos, muchas gracias a todos.
Carlos Tomada, Ministro de Trabajo de la Nación:
Buenas tardes a todas y a todos; quiero que mis primeras palabras sean dirigidas a agradecer esta invitación, pero sobre todo a felicitar a las compañeras y compañeros que fueron los que trabajaron y llevaron adelante esta obra. Ustedes se preguntarán que hago yo aquí. Yo vengo acá en representación de parte de esta sinergia de la que hablaban tanto Trinchero, Barbieri como Suárez. Esta es una expresión de lo que se puede hacer cuando se confluye ideológicamente en la idea de la necesidad de un trabajo conjunto entre el Estado, la universidad y la sociedad.
Estamos construyendo Estado, Universidad y Sociedad. Pero no cualquier Estado, no cualquier Sociedad y no cualquier Universidad. Aquí estamos aportando, poniendo un grano más en la construcción y el fortalecimiento de la Universidad Pública. De un Estado participativo y de una Sociedad comprometida. No estamos simplemente hablando de estas entidades sin ningún contenido. No es casual que hoy estemos hablando de esto. Tampoco es casual que hoy estemos todos los que están acá: funcionarios, docentes, organizaciones sociales, sectores de distintas representaciones sociales, que hay en la Ciudad de Buenos Aires. Algo está empezando a cambiar. Y ese algo es la necesidad de la participación popular, del protagonismo, de sentirse parte de una construcción que, como muy bien decía Trinchero, en Buenos Aires parecía perdida. En la Ciudad de Buenos Aires, a contramano de lo que ocurría a nivel nacional, costaba movilizar las participaciones. Hoy es un día para celebrar. Esto que ha hecho la Facultad de Filosofía y Letras es un claro testimonio de una Universidad que viene tomando decididamente la bandera del compromiso con la sociedad de una manera muy activa, muy concreta. Porque al ras de esta construcción hay una historia. Una historia de una forma de administrar y resolver los conflictos que nos plantea una sociedad y una ciudad compleja como es Buenos Aires. Esto es algo que se pudo resolver, lo decía muy bien Fernando Suárez, con la participación de distintos sectores, con una tarea comprometida, donde se sabe cuáles son los intereses y que están en juego. Sobre todo porque son los intereses de los sectores más vulnerables, los sectores más abandonados. Quiero terminar esta intervención valorando esta forma de intervenir. Hay mucho para hacer. La Universidad tiene mucho para hacer en la ciudad de Buenos Aires. Nosotros, desde el Ministerio de Trabajo, lo haremos tomamos desde un primer momento el compromiso de trabajar con la Universidad Pública. Con las distintas facultades, en el caso de Buenos Aires, con las distintas universidades del Conurbano y las distintas universidades del interior del país. Hay una potencia olvidada, abandonada de las universidades populares en marcha que nosotros queremos acompañar. Y eso es lo que estamos viendo hoy aquí con la participación de todos ustedes.
Fuente: http://espacioiniciativa.com.ar/?p=2090