martes, 4 de agosto de 2009

Cuerpo y obra: una propuesta de trabajo transdisciplinario

Marion Vollmer. Lic Kinesióloga Fisiatra MN 5586
Alumna de Antropología (orient. Sociocultural)
Voluntaria del CIDAC.

El presente trabajo es una experiencia educativa (actualmente en curso) de cuidado corporal en el grupo de estudiantes-trabajadores de la construcción del CIDAC – Barracas. Esta propuesta surge durante un plenario realizado en el predio del CIDAC, en el que hubo una muestra del trabajo concreto de los trabajadores de la construcción y un posterior debate y reflexión sobre las realidades, necesidades y dificultades de los diversos grupos involucrados en este proyecto.

Siendo uno de los ejes fuertes del CIDAC la ‘transferencia social del conocimiento’, considero que esta transferencia debe darse tanto entre los distintos grupos sociales como entre las diferentes disciplinas, para que las diversas maneras de ver el mundo no caigan en compartimentos estancos sino que se enriquezcan por su complementariedad.

Las dificultades que como Kinesióloga observé ese día se relacionaron a la manera de poner el cuerpo en situación con el trabajo específico de la obra: como manejar el esfuerzo, el contacto con los distintos materiales, con las herramientas, etcétera.

Por otro lado, en las reflexiones del plenario, surgieron preocupaciones en relación a la producción del pensamiento matemático. Considerando la matemática como una de las maneras posibles de ver, entender y explicar el mundo, decidí utilizar este tipo de pensamiento en la propuesta de trabajo corporal.

Desde los aportes de la Antropología, algunas de la variables a tener en cuenta refieren a que esta propuesta se realiza dentro de la estructura de enseñanza-aprendizaje-trabajo, por lo que se vieron involucrados procesos de negociación en los tiempos a utilizar, del momento y el lugar en que se realiza la actividad, exposición de la utilidad de la propuesta, etc entre quienes están encargados de esta obra y yo. Con el grupo, las negociaciones se ven en la participación de las actividades, la adherencia a la propuesta, la posibilidad de pensar y percibir el cuerpo de maneras distintas.

Las actividades quedaron organizadas de la siguiente forma:
Veinte minutos de enseñanza de cuidado corporal, un día a la semana y en la mitad de la jornada laboral en un horario variable en relación al trabajo en obra y los materiales involucrados. Cuando el Tutor lo indica, nos corremos justo al lado de la obra y comenzamos. En una de las paredes del obrador se van a pegar fotografías de las experiencias.


Cuerpo en obra:
La propuesta con el grupo de estudio-trabajo parte con la explicación de mi actividad:
como Kinesióloga, vamos a trabajar con los ejercicios, y como estudiante de Antropología, voy a documentar lo que suceda para hacer un posterior análisis. También comento que voy a sacar fotografías (Manuel, el arquitecto tutor).

El tiempo de trabajo va a ser de 20’ y en el mismo lugar de la obra. Esto es debido a que 20’ es el promedio de tiempo en que cambian los metabolismos de trabajo corporal y la idea no es ‘sacarlos’ del trabajo que ellos están realizando en la obra, sino que usen su cuerpo de una manera mas conciente y autónoma, que entiendan al cuerpo como ‘un cuerpo en situación’, que el ‘cuerpo del trabajo’ no es el único ‘cuerpo’ de la vida individual y social.

Los conceptos a trabajar con el cuerpo se relacionan con el trabajo de la construcción: base de sustentación, centro de gravedad, fuerzas, materiales elásticos, plásticos, etc. Para articular este tipo de pensamiento, partimos de ejercicios propioceptivos sobre el propio cuerpo y sobre el cuerpo de los compañeros, buscando concientizar lo percibido. Inmediatamente objetivamos esta experiencia representándola con formas relacionadas al pensamiento matemático apelando a las representaciones de la fisica biomecánica. Es asi que en nuestra experiencia hablamos de magnitudes, direcciones, formas, puntos fijos, dinámicas, etc.

El objetivo de esta actividad no es que el grupo aprenda fórmulas de cálculos físicos, sino que entiendan la posibilidad de que la vida cotidiana pueda ser representada de esta manera, entender los números y flechas como una manera posible de comprender el cuerpo y a partir de aquí, el trabajo en la obra y tal vez, el mundo.

Partiendo de la propiocepción hacia la representación, estamos haciendo un proceso inverso al trabajo en la construcción: allí se parte de los planos, se realiza un replanteo y se da ‘cuerpo’ a la construcción. En nuestra experiencia, el cuerpo primero se percibe y luego se planifica.

La fotografía es utilizada como re-presentación de lo vivido: apela a la memoria corporal y permite anclar monosemánticamente los conceptos mediante anotaciones, aclaraciones, articulando propiocepción y representación. Por otro lado, como las fotografías son mostradas impresas y con las anotaciones pertinentes en la semana siguiente, permite reforzar y retomar los conceptos trabajados desde el cuerpo en acción. Asimismo, al lado de las fotografías dejo un espacio para que los participantes escriban lo que les parezca, por lo que la pared del obrador es polifónica, poliexperiencial.

Reflexiones al momento actual:
Al estar esta experiencia en curso, todavía no podemos sacar conclusiones fijas, sí podemos reflexionar sobre el proceso:
La enseñanza del cuidado corporal dentro de una estructura laboral, constituye una acción reflexiva que hace participar conocimientos de Kinesiología, Antropología, Educación, Arquitectura, etcétera en forma de un continuum, por lo que todos los ámbitos involucrados se ven enriquecidos. Lograr un trabajo en salud reflexivo y un pensamiento social activo, compartir y construir socialmente el conocimiento, ser sujetos concientes, son algunos de los propósitos en juego.

Como grupo, los participantes se muestran interesados, se proponen para las experiencias, se ayudan cuando hay dificultades en la representación de los gráficos, preguntan en relación a experiencias de su vida diaria… Al momento, los resultados son muy alentadores.